Las Emociones Negativas

Todos hemos sentido emociones negativas: celos, envidia, rencor, etc. El malestar que generan las emociones negativas es momentáneo, pero los esquemas de pensamiento que las han generado tienden a ser permanentes, por no hablar del daño que nos hacemos a nosotros mismos y a otras personas.

Si no ponemos nuestro empeño para modificar estos esquemas de pensamiento, seguiremos generando las mismas situaciones durante mucho tiempo. Tener emociones negativas en nuestra vida, implica la falta de elecciones de comportamiento adecuadas y la presencia de esquemas mentales limitados. Las emociones negativas son obstáculos en la vía de nuestra auto-realización y de nuestro bienestar.

Comprendiendo nuestras emociones negativas ,ampliamos nuestras elecciones de comportamiento y los horizontes de nuestro ser, comprendiéndonos mejor a nosotros mismos.

La clave para poder vencer nuestras emociones negativas es no justificarlas.

Quien justifica los propios errores no puede cambiar. Las principales emociones negativas son:

 

  • La rabia: La rabia es un sentimiento que se origina cuando percibimos y creemos  que hay alguna injusticia hacia nosotros o hacia los demás. Cuando vemos o pensamos que alguien nos arrebata algo, nos priva de algo o nos limita en algo.
  • El rencor: El rencor es rabia no expresada, es una forma de agresividad sin ataques directos. Es una emoción negativa, conlleva malestar y suele enfermarnos.
  • La envidia: Es el sentimiento que nos genera el ver que otro posee lo que nosotros no podemos tener. Sean cualidades , bienes, actitudes o éxitos.
  • Los celos: Es un desequilibrio emocional donde una persona percibe la amenaza o siente la posibilidad de pérdida, hacia algo que considera propio.

Podemos comprender que no podemos vivir con rabia, asumiendo hechos y analizándolos. Tratando de entender y empatizar con las situaciones que nos generan ese malestar.

Evitando la rabia, eliminaríamos el rencor y la agresividad; la conducta agresiva por no entender qué generó ese dolor o ese sentimiento.

Sentir envidia es no asumir nuestras limitaciones, es no comprender qué podemos mejorar y qué podemos evolucionar. Es mejor aplicar ese sentimiento en nuestro favor tratando de poner frente a nosotros lo que podemos hacer para superarnos.

Tener un buen equilibrio emocional, conociendo nuestros sentimientos y tratando de gestionarlos adecuadamente, puede evitar dañar a otras personas cercanas.

Al final, debemos comprender que somos humanos y generamos sentimientos para justificar nuestras limitaciones. Si fuéramos capaces de empatizar con nosotros mismos, comprendiéndonos mejor, no habría posibilidad alguna de tener ningún sentimiento malo por nada ni por nadie.

La pregunta es: ¿estás dispuesto a ser mejor persona?