Estética, Salud Y Funcionalidad: Las 3 Ventajas Del Entrenamiento Con Pesas, ¿Se Pueden Conseguir Todas?

“Consigue el cuerpo que deseas”, “Adquiere músculos en 30 días”, “Plan de belleza en 4 semanas”, y un largo etcétera de reclamos que llevan ya muchos años bombardeándonos desde todos los medios informativos con la básica intención de conseguir clientes para los productos anunciados. Pero, ¿son verdaderas esas ofertas?, ¿garantizan resultados? SÍ Y NO, aunque siempre la realidad que vas a lograr haciéndoles caso resulta PARCIAL y LIMITADA, generalmente muy inferior a lo que buscas y en lo que te han hecho creer, porque lo único que logra un cambio verdadero y persistente es la práctica del ejercicio y la nutrición adecuada. El resto es maquillaje, asunto publicitario para vender.

Pero ten en cuenta una cosa que resulta fundamental: todo aquello únicamente trataría del aspecto cosmético, nunca de la SALUD, sin duda alguna EL LADO MÁS IMPORTANTE DEL TRIÁNGULO DEL FITNESS y el verdadero cimiento del ejercicio y la puesta en forma que deseamos (visible a los demás, ¿por qué no? El ego es el pilar de la acción y del progreso). Nunca olvidemos que un buen funcionamiento del organismo nos va a aportar mayor VITALIDAD, más RESISTENCIA a la fatiga, incremento de la capacidad de RECUPERACIÓN, LONGEVIDAD superior y menor incidencia de enfermedades que en las personas sedentarias. La salud es lo que más interesa al ser humano, nuestro objetivo básico de bienestar; tened en cuenta que si no la poseemos, el resto de nuestros propósitos se dejan de cumplir; y es que solemos darla por valor seguro (¡grave error!), solo la recordamos cuando falta, cuando aparecen molestias y dolores, se hacen crónicos, llega la verdadera enfermedad.

Si eres incapaz de CAMINAR 5 KILÓMETROS SEGUIDOS y hacerlo en no más de una hora, si no puedes SUBIR 5 PISOS DE ESCALERAS, si careces de fuerza para llevar UNA BOLSA EN CADA MANO DE 5 KILOS de peso durante 100 metros, si quedas AGOTADO AL BAILAR DOS PIEZAS de rock and roll o de bachata, eres inválido o estás hecho una pena por mucho músculo que tengas. Recordad que la capacidad funcional de un individuo es lo que significaba, primariamente, su supervivencia en el mundo anterior a la revolución industrial, cuando todo consistía en llegar más lejos que otros, cargar mayores pesos que los demás o subir pendientes difíciles o rocosas y atravesar ríos y pantanos. Esa clase de retos han desaparecido actualmente, ¿verdad? Mentira y grande. Porque ahora se trata de, por ejemplo, hacer una larga excursión con paradas y caminatas, bailar durante una noche entera, entrenar con alta intensidad y descansando poco; y a todos interesa fatigarse menos y, más concretamente, estar recuperado al día siguiente para repetir la “hazaña” personal y convertir ese hecho en cotidiano.

La funcionalidad tiene, además, una doble importancia por su papel en prolongar las PRESTACIONES DEL CUERPO más importantes y visibles (sexuales, de agilidad y movilidad, la misma postura erguida), y en AÑADIR VIDA A LOS AÑOS, ya que, ¿interesa ir haciéndose mayor si el organismo no te responde, y debes quedarte sentado o acostado mientras los otros caminan, suben las escaleras sin necesidad de usar el ascensor, bailan y van al gimnasio? A muchos, para nada. Tienes la solución en hacerte más funcional, en poder seguir resolviendo por ti mismo los aspectos físicos que la existencia va poniendo a tu lado.

Es el lado menos trascendental del fitness, pero también el más buscado por resultar visible: es lo primero que ve el otro, lo que más llama a todos la atención y, de ser espectacular o muy atrayente, lo que mayor envidia produce y más se desea poseer al tratarse de un bien escaso que no lo compran la inteligencia ni el dinero. Por eso los anuncios interesados en que modifiquemos nuestro aspecto lo tratan de ofrecer, quieren hacernos creer que ese cambio es posible, que es además rápido y seguro, que puede mantenerse. Y suelen acertar casi siempre en sus pronósticos porque se trata de asunto que afecta al ego. Hoy TODOS/AS DESEAN SER BONITOS, ATLÉTICOS, ESBELTOS, ir a la calle o a la playa a que nos miren y se admiren no a que pasemos desapercibidos o nos llamen adefesios.

Pero LA ESTÉTICA NO SE CONSTRUYE. ¡Qué pena! Viene ya de fábrica. ¡Es así! Nacemos y morimos con ella. Quien tiene los miembros cortos o demasiado largos, la cabeza pequeña o cabezona, las inserciones musculares colocadas en mal sitio (se convierten enseguida en tendón, y proporcionan aspecto frágil y antiestético; o llegan muy bajo, dan imagen tosca, carente de esbeltez), fallos en cuanto a proporción (unas zonas notablemente más o menos desarrolladas que otras) o simetría (mal acuerdo entre ambas mitades del cuerpo), porcentaje natural muy elevado de grasa (rebajarlo supone quedarse “en nada”), líneas cuadradas o rectangulares, carentes de esa denominada “uve” tan apreciada y espectacular, carecerá de estética, aunque siempre será capaz de conseguir incluso mucho músculo, tanto o más que cualquiera, a veces poniéndose a la cabeza del desarrollo en hombres y en mujeres, concediéndose esa gran satisfacción (que no es poco ser el más de los/las musculosos); y es muy probable que poco le preocupe la carencia de esbeltez, apenas le importe que la ropa no le encaje ni vayan a elegirle de modelo. Hace bien sintiéndose a gusto con él mismo.

Sin embargo, ese fallo en cuanto a aproximarse al canon de belleza que hemos elegido en el mundo occidental y actualmente se difunde en todo el planeta, poco tiene que ver con las asignaturas de la FUNCIONALIDAD o la SALUD. Las dos son más importantes. Está ya demostrado, y lo repito, que la longevidad es enemiga de la hermosura porque, “No hay joven fea, ni vieja hermosa”, dice el refrán, aplicable, claro, a los dos sexos, y es que al cumplir años, el cuerpo se descuelga, los músculos encogen, el rostro se va escurriendo y las facciones caen, la piel adquiere color terroso, queda desagradable al tacto y a la vista…; proceso inevitable el que describo, pero que la práctica del ejercicio, el consumo de una alimentación adecuada y el control del estrés pueden hacer bastante más liviano, que avance más despacio, apenas se perciba, nos distinga del resto que tiene ya una edad. ¡Vale la pena el esfuerzo! ¡Lo ganas en salud y en alegría!

Ya lo sabéis: ENTRENAD DE FORMA DURA y continuada, ALIMENTAOS CONVENIENTEMENTE, aprended a RELAJAROS y a controlar esas variables de la vida que conducen al ESTRÉS. Porque es lo primordial conseguir una salud sobresaliente y mejorar la que ya habéis recibido. Tened en cuenta que no desaparece de repente, lo más probable es que os acompañe hasta el final. Al mismo tiempo, tratad de incrementar la capacidad funcional del organismo, id mejorando las prestaciones generales, procurad que la fatiga se retrase (el entrenamiento adecuado lo consigue), recuperaos más deprisa (la nutrición y la suplementación son indispensables para eso) y esforzaos en aumentar la movilidad y la agilidad. En eso consiste ser joven. También van a notarlo los demás. Pronto querrán saber cómo se hace. Puede que seas su maestro, que hagas de eso tu nueva profesión.

Vamos a hablar ahora, dando remate al artículo, de esa parte cosmética que tanto apetecemos, es la que más se ve, también la que mejora más deprisa, sin olvidar que su límite lo ha definido antes la genética. Con belleza se nace y no se adquiere (aunque no esté de moda ahora afirmarlo y pueda resultar frase discriminatoria para algunos); simplemente se disimula su carencia. El músculo hace el milagro de añadir turgencia y fortaleza, imagen de salud, mayores prestaciones. Queremos pasar la raya que limita la parte fértil de la vida corriendo, saltando y presumiendo de energía, yendo al baile, de marchas y excursiones, comiendo las cosas que nos gustan, olvidando el dolor y las molestias físicas. Se puede. Y la receta sirve para todos. Es tu medicamento el ejercicio. Duran sus resultados mucho más de lo que los sedentarios aseguran. Basta con verlo en los cuerpos de quienes practican nuestros deportes y en esas competiciones de atletismo para veteranos en que el número de atletas participantes y las marcas conseguidas progresan sin cesar.